El Ganador del capítulo español del Junior Water prize nos cuenta su experiencia en la final de Estocolmo
| 15 setembre 2016
Marta Soler, directora de Educación y Divulgación de la Escuela del Agua del Agua, entrevistó Pep Pou una semana después de su participación en la final del Stockholm Junior Water Prize que se celebró en Suecia el pasado 30 de Agosto.
Pep Pou es un estudiante de 17 años del IES Ramón Muntaner de Figueres (Girona). Ganador del capítulo español del SJWP por su trabajo ¿Agua regenerada, un paso más¿, un minucioso estudio de planificación y viabilidad de una red de agua regenerada en su ciudad, lo entrevistamos justo a su llegada de Estocolmo, después de participar en la final internacional la última semana de agosto.
Pep, con las maletas todavía por deshacer, dinos ¿cómo fue tu experiencia?
La verdad es que ha sido aún mucho mejor de lo que me imaginaba. Cuando leí la ficha de los representantes de los distintos países, vi que sólo había 4 que presentaban trabajos individuales, los restantes 25 equipos eran de más de una persona y pensé que me sentiría sólo, que no me harían demasiado caso, y eso me daba un poco de miedo. Pero ya en la primera comida, formamos un subgrupo el representante australiano, el sueco, el alemán y yo mismo, al cual poco a poco se fueron sumando todos aquellos participantes que podían comunicarse en inglés.
Debo decir que al principio había bastante competitividad y todos éramos recelosos a la hora de explicar nuestros proyectos, pero una vez se hicieron las presentaciones todo el mundo se relajó. Acabamos haciéndonos muy amigos hasta el punto de que cuando anunciaron las ganadoras todos estallamos en aplausos; todos habíamos trabajado mucho para estar ahí, y el ambiente ya nos hacía sentir ganadores.
¿Te pareció que los participantes teníais cosas en común?
Creo que sí, que todos tenemos inquietud por el medioambiente, y muy especialmente en el ámbito del Agua. Éramos gente muy inquieta, curiosa a todos los niveles y en todos los momentos. No sólo cuando estábamos presentando nuestro proyecto, sino que en las comidas, durante el tiempo libre hablábamos de temas de medioambiente, de calidad del agua...
¿Qué tipo de actividades os propuso la organización para el tiempo libre?
La primera noche tuvimos la cena inaugural. El segundo día se hicieron las presentaciones de los trabajos ante el jurado (a mí me tocó por la mañana pero otros compañeros tuvieron que esperar hasta la tarde) y después de todo el día de nervios nos fuimos a cenar todos juntos.
La organización tenía mucho interés en que nos conociéramos. Por ejemplo, no había miembros del mismo equipo en la misma habitación, sino que estábamos mezclados y creo que este hecho, que al principio puede no gustarte, fuerza un poco a que te relaciones y enriquece la experiencia.
Háblanos del momento en que tuviste que explicar el proyecto ante los jueces, ¿qué tal fue?
Yo tenía previsto hacer una presentación de 10 minutos, pero cuando llegué allí descubrí que sólo tenía 5 minutos para exponerlo. Así que la noche antes me fui con Montse (mi tutora) y nos pusimos a trabajar para adaptarla.
Al día siguiente, me llamó mucho la atención el silencio en la sala del centro de conferencias; todo el mundo estaba callado, y poco a poco te vas poniendo nervioso. Uno de los participantes japoneses era el único que reía e iba preguntando a los demás cómo estábamos. Le pregunté¿¿¿Por qué ríes tanto?¿ Y me contestó que si no reía, se iba a echar a llorar¿ pero lo cierto es que el chico nos fue contagiando a todos su ánimo.
Hubo un momento que realmente me ayudó mucho: el día de la cena inaugural, vino la chica ganadora del 2003 y nos explicó su experiencia, como a medida que iba conociendo los proyectos de los otros participantes de su edición, los encontraba súper complejos y muy trabajados y que llegó a pensar que el suyo era un proyecto menor. Eso también me ocurrió a mí; había trabajado mucho en mi trabajo, pero ahora, en este momento lo encontraba pequeño. Esa es la sensación que nos explicó esta chica y nos previno contra ella, así que su charla me ayudó a enfrentarme al miedo.
Los jueces afirmaron que conocía bien la problemática de las aguas residuales, y todos destacaron era el interés que yo mostraba en ponerlo en práctica. Cuando acabé la presentación, mi tutora se acercó a mí para felicitarme, y yo le dije ¿si ganamos, bien; y si no, sé que he hecho lo mejor que he sabido para ganar¿.
Somos conscientes de que tenías entre manos un proyecto de mucha calidad, ¿en qué momento te das cuenta de que estás haciendo un buen proyecto?
Cuando empecé este trabajo no conocía mucho el tema de las aguas residuales. Leyendo sobre el tema e investigado, me fue interesando cada vez más hasta engancharme. Y casi sin darme cuenta, a tres días de presentar el proyecto en el instituto me di cuenta de que tenía 120 páginas y entonces pensé: ¿Oye, igual sí que has hecho algo importante¿. Pude mostrar mi trabajo a algunos técnicos que me ayudaron e incluso al director de la Agencia Catalana del Agua y sentí que lo que estaba haciendo valía la pena.
En tu caso, es clave el papel de tu familia, que te ha apoyado en todas tus presentaciones y te ha animado a presentar el trabajo en distintos sitios ¿no?
No creo que hubiese podido hacer este trabajo sin que mi familia me ayudara. Hubo muchos momentos en que me encontré puertas cerradas, en que estaba cansado. Pero mi familia fue la que siguió empujando ¿venga, será una pena que lo dejes ahora, sigue un poco más que queda muy poquito para hacerlo redondo¿.
Un día mi madre me mostró la información de los SJWP decidimos presentarnos. Cuando supieron que habían aceptado mi trabajo para la final española, no dudaron en acompañarme, siempre pensando que lo íbamos a pasar bien aunque no ganáramos (para serte sincero, ya éramos felices yendo a Madrid y aprovechando para hacer un poco de turismo)... Pero el lunes siguiente, cuando vi que había ganado no me lo podía creer! En Estocolmo, aunque nos costó que pudieran asistir a la gala, lo lograron a base de insistencia y fue maravilloso tenerlos allí.
¿Y qué destacarías del trabajo ganador y del resto de proyectos ?
De hecho, todos los trabajos eran sorprendentes, muy buenos. Me encantó la idea de Japón. Habían diseñado una máquina para detectar agua contaminada utilizando micro-organismos que se podía implantar en cualquier lugar del mundo. Esto podría permitir a las ONGs o entidades de cooperación internacional detectar en pocas horas si el agua del pozo o río es apta para el consumo humano, sin necesidad de recoger muestras y enviarlas a laboratorio, que puede tardar días.
Al final ganó el equipo tailandés. La ceremonia de entrega fue realmente emocionante, pues iban dándonos pistas sobre cómo era el proyecto ganador -incluso llegué a pensar que podía ser yo¿- pero cuando dijeron ¿Thailand¿ el comedor saltó en aplausos y vítores. Cómo dije antes, simplemente estábamos contentos por estar allí, ya habíamos ganado en nuestro país.
Para finalizar, ¿alguna recomendación para los próximos participantes?
Lo que les diría a los futuros participantes es que trabajen mucho porque la recompensa es grande y si consiguen llegar, que disfruten. Y sobre todo que hagan el trabajo de investigación que quieran hacer, que se impliquen. Sólo puede ganar uno, pero para mí todos los que estuvimos en Estocolmo somos ganadores.
Muchas gracias Pep por transmitirnos lo bien que te lo pasaste y lo enriquecedora que ha sido la experiencia. Puedes estar muy orgulloso por el trabajo bien hecho. Desde la Escuela del Agua no tenemos más que felicitarte y animarte a seguir adelante pues necesitamos personas con tu entusiasmo y vocación. Te deseamos lo mejor Pau.